viernes, 17 de agosto de 2018

I.Peral, S.L. - Submarinos eléctricos

(Planos del prototipo militar)


Hace ya bastantes años, mi amigo el Teniente de Navío Isaac Peral, propuso a la armada realizar un submarino eléctrico.

A la armada la idea le pareció futurista, pero como debían ciertos “favores” al Teniente de Navío, le permitieron construirla.
Pero después de la primea maniobra, ciertas mentes cerradas en la época de los barcos a vela, dejaron en astillero al navío sumergible.

Motivo por el cual Isaac dejo la marina española y se dedicó a la creación de navíos sumergibles para las personas civiles que quisieran pagarlo.
Han pasado casi 10 años y los submarinos construidos se cuentan por centenas, o más de mil. Estos van desde los yates sumergibles de lujo, los transoceánicos sumergibles de pasaje y los submarinos mercantes de carga.

Realmente al inicio de su idea, comenzó el 20 de Septiembre de 1884, cuando Isaac ideó el "Proyecto de Torpedero Submarino". Cuando un año más tarde presentó el estudio a sus superiores, me cometó que estos la idea de un arma que se moviese bajo el agua, el torpedo, les pareció magnífica, pero la nave para lanzarlos, el submarino, no. Aun así, el Vicealmirante Pezuela ordenó dotar con el dinero suficiente para su construcción.

Una vez casi terminado el submarino, a falta del motor eléctrico, hubieron cambio políticos en 1886 y el Vicealmirante Pezuela pasó a reserva y asumió la titularidad del Ministerio de Marina el Contraalmirante Beránger, el cual empezó a poner impedimentos de todo tipo e inspección tras inspección, a cual más absurda. Pero gracias al buen hacer de mi amigo, ampliaron la dotación económica para la fabricación del motor eléctrico.
En 1887 el motor ya estaba fabricado y en pleno funcionamiento.

Al final el nevio sumergible tenía unas dimensiones de 22 m de eslora, 2,76 m de puntal, 2,87 m de manga y 77 t. de desplazamiento en superficie y 85 en inmersión, y dos motores de 30 CV que impulsaban dos hélices gemelas. La refrigeración de este primer proyecto consistía en soplar sobre ellos el aire comprimido almacenado en el submarino.



En cuanto a la batería de acumuladores que suministraba la energía a los motores principales y a los auxiliares, otro gran invento de mi amigo Isaac, se necesitaron 613 acumuladores, con un peso total de la batería de 30 toneladas.

En este primer navío, la velocidad no era ni una quinta parte de los que actualmente salen de los astilleros de I.Peral, S.L., ya que la velocidad de este primer prototipo variaba dependiendo de la carga de las baterías, desde 4,7 nudos, con batería por debajo del 50% de carga, hasta los 10,9 nudos a plena carga.
Este problema lo tiene solventado actualmente y los yates pueden tener una velocidad algo más de 50 nudos, constantes.
El de pasaje, como el Shining Star, pueden llegar hasta los 65 nudos de velocidad (algo más de 120km/h), eso si, sobre la superficie, bajo el agua se reduce a los 50 nudos (algo más de 90Km/h).

Isaac tiene algun litigio con ciertas empresas constructoras de transatlánticos, inmensamente más grandes, ya que están en constantes denuncias por considerar estas velocidades punta “peligrosas para el pasaje y la tripulación”. Pero tras 10 años y no haber habido ningún accidente, abalan que estas velocidades punta, si se usan, son seguras.

Una cosa es la velocidad, y otra es la autonomía del navío. Cada nave sumergible, dependiendo de su diseño, capacidad de aire comprimido y de la carga de las baterías, pueden tener más o menos autonomía.
Por ejemplo, la Shining Star, a una velocidad de 50 nudos, tiene más que suficiente para la travesía Barcelona-New York, que cada 2 semanas realiza, en los tres días que dura la travesía, llevando a sus 250 pasajeros, en sus correspondientes camarotes de 1ª y 2ª clase.
Realmente podría realizar toda la travesía de una sola vez bajo el agua, y así se ha hecho en más de una ocasión cuando las condiciones atmosféricas han sido adversas, pero más o menos a mitad del recorrido suben a superficie una vez durante unas horas, para tomar aire limpio y poder potabilizar el agua, tanto para el consumo humano como para la regeneración de la carga de las baterías.

Isaac me comentó que en el primer proyecto, el submarino militar que acabó en el astillero de La Carraca para su desguace (y que gracias a la mentalidad militar nadie patentó los inventos de Isaac, que esté lo pudo hacer al salir del ejército), que éra de un único casco, por lo que no podía bajar a más de 10 metros, por la presió, y que actualmente, con sus dos y hasta tres casocos, han llegado a profundidades de más de 200 metros de profundidad.


(El 1º prototipo del submarino de Isaac Peral)



En octubre de 1890, ahora hace 10 años, tras una serie de ultimátum, estira y afloja del Ministerio de Marina respecto al submarino y negándose a construir más submarinos, El entonces Teniente de Navio Isaac Peral, pide la baja en la Marina y entra en la vida civil, por lo que a finales de ese mismo año patenta sus inventos, ante el desprecio de la Marina Española, crea I.Peral, S.L., e inicia la construcción del primer submarino privado, bajo pedido del industrial Sr. D. Jaume Busquet.

Actualmente estoy valorando ampliar mi flota de naves, entre naves marinas y aeronaves, con la primera sumergible. Está a buen precio, que por unas 300.000 ptas puedo tener uno, y ahora tienen unos diseños muy innovadores.
(Transoceánico Shining Star para 250 pasajeros)

Seguiré hablando con mi amigo Isaac.

Burt Minorrot



NOTA: Este artículo es una receración ficticia, basado en el hecho histórico de la construcción del primer submarino eléctrico y militar.

Imágenes: