Es siempre lo más deseable intentar tentar a su adversario haciéndole
creer que ha cometido un fallo, obteniendo así una ventaja y ofrecer un contragolpe.
Para provocar al oponente a que intente dar un golpe a su cabeza, usted utilizará
la misma posición indicada anteriormente en “1.1 Guardar las distancias”, pero
en vez de exponer su brazo, usted ladea la cabeza hacia delante, dejándola aparentemente
sin vigilar. Su asaltante no perderá la ocasión y se tragará la treta, por lo
que usted pivotará su pie izquierdo hacia atrás. Este movimiento provoca un movimiento
automático haciendo girar todo el lado derecho hacia delante y provoca un giro
rápido del brazo derecho hacia el frente con un movimiento de fuerza contra la
muñeda de su adversario, que podría romperla fácilmente.