(Planos del prototipo militar)
Hace ya bastantes
años, mi amigo el Teniente de Navío Isaac Peral, propuso a la armada realizar
un submarino eléctrico.
A la armada
la idea le pareció futurista, pero como debían ciertos “favores” al Teniente de
Navío, le permitieron construirla.
Pero después
de la primea maniobra, ciertas mentes cerradas en la época de los barcos a
vela, dejaron en astillero al navío sumergible.
Motivo por
el cual Isaac dejo la marina española y se dedicó a la creación de navíos
sumergibles para las personas civiles que quisieran pagarlo.
Han pasado
casi 10 años y los submarinos construidos se cuentan por centenas, o más de
mil. Estos van desde los yates sumergibles de lujo, los transoceánicos
sumergibles de pasaje y los submarinos mercantes de carga.
Realmente al
inicio de su idea, comenzó el 20 de Septiembre de 1884, cuando Isaac ideó el "Proyecto
de Torpedero Submarino". Cuando un año más tarde presentó el
estudio a sus superiores, me cometó que estos la idea de un arma que se moviese
bajo el agua, el torpedo, les pareció magnífica, pero la nave para lanzarlos,
el submarino, no. Aun así, el Vicealmirante Pezuela ordenó dotar con el dinero
suficiente para su construcción.
Una vez casi
terminado el submarino, a falta del motor eléctrico, hubieron cambio políticos
en 1886 y el Vicealmirante Pezuela pasó a reserva y asumió la titularidad del
Ministerio de Marina el Contraalmirante Beránger, el cual empezó a poner
impedimentos de todo tipo e inspección tras inspección, a cual más absurda.
Pero gracias al buen hacer de mi amigo, ampliaron la dotación económica para la
fabricación del motor eléctrico.
En 1887 el
motor ya estaba fabricado y en pleno funcionamiento.
Al final el
nevio sumergible tenía unas dimensiones de 22 m de eslora, 2,76 m de puntal,
2,87 m de manga y 77 t. de desplazamiento en superficie y 85 en inmersión, y dos
motores de 30 CV que impulsaban dos hélices gemelas. La refrigeración de este
primer proyecto consistía en soplar sobre ellos el aire comprimido almacenado
en el submarino.
En cuanto a
la batería de acumuladores que suministraba la energía a los motores
principales y a los auxiliares, otro gran invento de mi amigo Isaac, se
necesitaron 613 acumuladores, con un peso total de la batería de 30 toneladas.
En este
primer navío, la velocidad no era ni una quinta parte de los que actualmente
salen de los astilleros de I.Peral, S.L., ya que la velocidad de este primer
prototipo variaba dependiendo de la carga de las baterías, desde 4,7 nudos, con
batería por debajo del 50% de carga, hasta los 10,9 nudos a plena carga.
Este
problema lo tiene solventado actualmente y los yates pueden tener una velocidad
algo más de 50 nudos, constantes.
El de
pasaje, como el Shining Star, pueden llegar hasta los 65 nudos de velocidad
(algo más de 120km/h), eso si, sobre la superficie, bajo el agua se reduce a
los 50 nudos (algo más de 90Km/h).
Isaac tiene
algun litigio con ciertas empresas constructoras de transatlánticos,
inmensamente más grandes, ya que están en constantes denuncias por considerar
estas velocidades punta “peligrosas para el pasaje y la tripulación”. Pero tras
10 años y no haber habido ningún accidente, abalan que estas velocidades punta,
si se usan, son seguras.
Una cosa es
la velocidad, y otra es la autonomía del navío. Cada nave sumergible,
dependiendo de su diseño, capacidad de aire comprimido y de la carga de las
baterías, pueden tener más o menos autonomía.
Por ejemplo,
la Shining Star, a una velocidad de 50 nudos, tiene más que suficiente para la
travesía Barcelona-New York, que cada 2 semanas realiza, en los tres días que
dura la travesía, llevando a sus 250 pasajeros, en sus correspondientes
camarotes de 1ª y 2ª clase.
Realmente
podría realizar toda la travesía de una sola vez bajo el agua, y así se ha
hecho en más de una ocasión cuando las condiciones atmosféricas han sido
adversas, pero más o menos a mitad del recorrido suben a superficie una vez
durante unas horas, para tomar aire limpio y poder potabilizar el agua, tanto
para el consumo humano como para la regeneración de la carga de las baterías.
Isaac me
comentó que en el primer proyecto, el submarino militar que acabó en el
astillero de La Carraca para su desguace (y que gracias a la mentalidad militar
nadie patentó los inventos de Isaac, que esté lo pudo hacer al salir del
ejército), que éra de un único casco, por lo que no podía bajar a más de 10
metros, por la presió, y que actualmente, con sus dos y hasta tres casocos, han
llegado a profundidades de más de 200 metros de profundidad.
(El 1º prototipo
del submarino de Isaac Peral)
En octubre
de 1890, ahora hace 10 años, tras una serie de ultimátum, estira y afloja del Ministerio
de Marina respecto al submarino y negándose a construir más submarinos, El
entonces Teniente de Navio Isaac Peral, pide la baja en la Marina y entra en la
vida civil, por lo que a finales de ese mismo año patenta sus inventos, ante el
desprecio de la Marina Española, crea I.Peral, S.L., e inicia la construcción
del primer submarino privado, bajo pedido del industrial Sr. D. Jaume Busquet.
Actualmente
estoy valorando ampliar mi flota de naves, entre naves marinas y aeronaves, con
la primera sumergible. Está a buen precio, que por unas 300.000 ptas puedo tener uno, y ahora tienen unos diseños muy innovadores.
(Transoceánico Shining Star para 250 pasajeros)
Seguiré
hablando con mi amigo Isaac.
Burt
Minorrot
NOTA: Este artículo es una receración ficticia, basado en el hecho histórico de la construcción del primer
submarino eléctrico y militar.
Imágenes: